Nuestra obsesión cultural por la pasión como requisito previo para el trabajo amenaza con cortar la formación profesional. En otras palabras, si insistimos en usar la pasión como medida de lo que debemos hacer, o peor aún, postrarnos proverbialmente ante la pasión como si fuera el santo grial del trabajo, atrofiaremos la velocidad a la que intentamos las cosas. Probar cosas, reiterar y reflexionar son algunas de nuestras mejores herramientas para aprender cómo Dios nos está formando y preparándonos para este mundo. En esto, se nos recuerda que la vocación se forma, se encuentra a través de un proceso continuo, y a menudo complicado, de discernimiento arraigado en el contexto, las convicciones y la comunidad. En otras palabras, la acción precede a la reflexión. Por tanto, la experimentación precede a la formación.
Prepararnos para este viaje de formación comienza con aceptar que somos los amados de Dios y que el llamado de Dios a nosotros como amados es la base de cualquier trabajo que hacemos en este mundo. La buena noticia aquí es que no necesitamos saber lo que nos apasiona para saber que Dios nos llama, con regularidad y fervor, tanto a tener comunión con Dios como a oportunidades únicas en nuestro mundo. Es muy posible que nuestras pasiones se formen a medida que nos comprometemos con los llamamientos de Dios, pero ellos, en sí mismos, no son lo que perseguimos.
He aprendido mucho sobre mi vocación, mis dones e incluso mis pasiones a través del inicio y la ejecución de Long Winter. Si no hubiera saltado antes de mirar, estos aprendizajes aún podrían ser desconocidos para mí. Mis dos esperanzas para nosotros son estas: Primero, que no temamos al probar cosas nuevas cuando sentimos la actividad de Dios en nuestro medio, que nos abramos a la posibilidad de que a veces necesitemos saltar antes de mirar. En segundo lugar, espero que podamos cultivar nuevos modelos mentales sobre la pasión y el trabajo porque la mayoría de las personas solo saben lo que les apasiona después de haber experimentado, repetido y reflexionado.
Directora senior del Centro De Pree para el Liderazgo de Fuller. También es cofundadora de Long Winter Media, una agencia creativa que ayuda a las marcas a tener un impacto. Michaela enseña como profesora adjunta de Teología Práctica y Liderazgo en Fuller.
Este artículo se publicó originalmente en el sitio web De Pree Center for Leadership de Fuller. Puedes leerlo aquí en inglés.
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