Durante 19 años, trabajé en Argentina en un contexto donde muchos estudiantes universitarios no estaban acostumbrados a la lectura. Estudios bíblicos en un país con su fuerte influencia católica eran a menudo un ejercicio de observar un texto y luego citar 'autoridades' para demostrar un punto. Un típico grupo de jóvenes leyeron un pasaje de la Escritura, y cerraban sus Biblias para discutir. Un estudiante decía: "Mi pastor dice 'X'". Otro respondía: "Pero mi pastor dice 'Y'". El argumento escalaba mientras uno y luego otro entrometía autoridades superiores de todo el mundo evangélico para justificar sus puntos de vista. De los programas de televisión o de radio, citaban 'celebridades evangélicas' como Yiye Ávila, Carlos Annacondia, Luis Palau, y quizás aún Billy Graham. Lo que estaban haciendo era una versión protestante del catolicismo: apelando a una autoridad humana para ganar el argumento.
Aunque respeto y apoyo el lugar de maestros en la enseñanza bíblica, quería romper la dependencia en la autoridad de predicadores, y fomentar la confianza en Sola-Escritura. Pero ¿Cómo podría hacerlo sin insistir, otra vez, sobre la suficiencia y confiabilidad de las Escrituras, la importancia de la lectura de la Biblia y la autoridad de la Biblia para cumplir con todas sus necesidades espirituales? Quería que descubriesen que Dios les habla por medio de su Palabra, y que no lo acepten porque yo les diga que es la verdad, sino por sus propias experiencias. Además, para ellos, yo era una persona de poca importancia social y eclesial, así que mi autoridad en el asunto no hubiera contado para mucho.
Me di cuenta de que estaba trabajando con una generación postmoderna. Descubrí que lo que necesitaban, en primer lugar, era tener en claro la motivación más que contenido: tenían que estar motivados para leer las Escrituras, en lugar de que les digan que tenían que leerlas. En el trabajo con estudiantes que me ocupaba, había tres factores clásicos de motivación: la música, la comida y el deporte. La sabiduría convencional sostenía que la manera de hacer el ministerio fructífero era reunir los jóvenes, proporcionarles una de las distracciones mencionadas arriba y, en el momento apropiado presentar a alguien que se dirige a la multitud con un mensaje bíblico. Yo estaba decidido a romper con ese patrón y permitir que sea la misma Palabra de Dios que los motive. Mi objetivo era crear un entorno en el que la Palabra sea escuchada atentamente y en forma directa.
La invitación era sencilla: "Me gustaría invitarte a venir y leer la Biblia con otros estudiantes" - nada más, y nada menos. La Biblia fue la única motivadora. Afortunadamente en una cultura abiertamente "religiosa", la invitación fue recibida bien: había personas realmente interesadas en la lectura de la Biblia. Para estos grupos, sencillos, muchas veces dirigidos por los estudiantes, optamos por estudiar la Biblia utilizando el método sueco.
El método sueco
Por lo que yo sé, el nombre 'método sueco’ se atribuyó primero a esta forma sencilla de lectura Bíblica por Ada Lum. Ada era una obrera de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (International Fellowship of Evangelical Students, IFES, en Inglés) y la promotora entusiasta de estudios bíblicos en grupos pequeños durante varias décadas. Ella lo nombró en honor del grupo de estudiantes de Suecia, donde lo vio utilizado por la primera vez.
Iniciar un grupo de lectura de la Biblia utilizando este método requiere un mínimo de recursos y preparación, y puede ser muy gratificante, ya que conduce a los lectores a confrontar a las Escrituras en forma personal y directa.
Comenzar en oración, pidiendo a Dios que hable a través de su Palabra. Luego de leer un pasaje de la Biblia en voz alta (10-15 versículos es ideal), pida a cada persona volver a leerlo en forma personal mientras busca y anota tres cosas desde el pasaje. Luego hay un cuarto punto para anotar también.
Un foquito/ una bombilla de luz: Esto sería algo que 'brilla', que impacta, o que llama la atención.
Un signo de interrogación: Puede referirse a algo difícil de entender en el texto, o quizás a una pregunta que el lector le gustaría hacer al escritor del pasaje o al Señor mismo.
Una flecha: Una aplicación personal para la vida del lector.
Un globo de conversación – con el nombre de alguien con quien compartir algo que surgió del pasaje.
Hay que anotar por lo menos una observación al lado de cada símbolo. Es bueno tomar el tiempo necesario para dar tiempo a la gente a “saborear” el texto y explorar a su propio ritmo. Por lo general esto toma alrededor de 10 minutos en silencio.
Después, invitar a cada lector a compartir una de sus "lucecitas" con el grupo. Dedique algún tiempo a compartir estas, sin discutirlas. Siempre es interesante descubrir lo que ha impactado a los diferentes miembros del grupo. Y, el por qué en cada caso.
Luego, en la segunda ronda, pídales que compartan una de sus preguntas. No contestamos a las preguntas. En principio, levantamos las preguntas para ir afinando nuestras capacidades de hacer buenas preguntas como un paso fundamental de investigación. Luego es bueno invitar a la persona que plantea la cuestión proponer un camino para poder responder a ella, que a su vez sirve animar a esa persona hacia una mayor investigación. Alternativamente, cualquier miembro del grupo puede responder a la pregunta, siempre que la respuesta aparezca en el pasaje que estamos estudiando, o en una sección anterior del mismo libro. La disciplina en este punto es crítica para evitar discusiones, las cuales suelen desanimar a personas nuevas.
En la tercera ronda, pida a cada persona en su grupo compartir una de sus aplicaciones para su propia vida. El desafío es poder expresar esto en primera persona singular. Si quieren, con libertad, es útil compartir lo que quieren conversar con otra persona en la semana, y compartir el nombre de la persona como motivo de oración para el grupo durante la semana.
Para concluir, orar: invitar a las personas a dirigir una oración, si quieren, en base a lo que hemos leído, las aplicaciones, y las personas con las cuales quisiéramos hablar en el curso de la semana. Ayuda que cada uno ore por solamente uno o dos motivos, dejando otros para otras personas. Nadie debe sentirse presionado a dirigir una oración en voz alta. Invite a una persona adecuada para cerrar el tiempo de oración; esto evita la vergüenza en los recién llegados, dejando en claro cuando se ha terminado el tiempo de oración, y evita prolongados silencios incómodos.
Si su grupo tiene menos de cinco personas, pídales que cada uno comparta en distintas rondas dos o tres "foquitos", preguntas y aplicaciones. Se puede compartir estas cosas conforme al tiempo disponible.
Después de la reunión, es posible que desee abordar las preguntas de nuevo. Sin embargo, en la reunión en sí, es importante tratar de evitar discusiones, cayendo en la trampa de "compartir ignorancias y la imposición de una respuesta apelando a la autoridad humana".
La filosofía detrás de este estilo de la lectura de la Biblia es promover la buena observación del texto, y la participación de cada miembro del grupo. Cada persona tiene la oportunidad de descubrir por sí mismo lo que Dios dice. En principio, nadie responde a las preguntas a menos que sea algo sencillo, como el significado de una palabra. La idea es que las preguntas motivan a la investigación por parte de la persona que las hizo. También es importante evitar que alguien 'agarre el micrófono’, saturando a la nueva persona presente; en cambio, es impresionante presenciar la capacidad que hasta los no cristianos tienen para entender la Biblia cuando Dios les habla.
Fundamentos teológicos:
El Método Sueco, como yo lo he usado, responde a una serie de principios teológicos que aprendí de D Broughton Knox, quien fue, entre otras cosas, director de Moore Theological College en Sydney desde 1959 hasta 1985 y luego el director fundador de George Whitefield College en Sur Africa.
La claridad (perspicuidad) de la Biblia: la Biblia es comprensible, y su interpretación no depende de expertos ni siquiera de intérpretes autorizados (como es el caso con respecto a la dogma de la Iglesia Católica Romana).
La noción sostenida por el catolicismo es que la iglesia creó la Biblia; en el protestantismo, sostenemos que es la Biblia la que crea (en tiempo presente) la iglesia. Esta última perspectiva debe ser verdad si creemos en la inspiración divina de la Escritura o, como Broughton Knox solía decir, en la "exhalación divina" de la Escritura, ya que las palabras se expresan exhalando, no inspirando. (El griego en 2 Timoteo 3:16 utiliza el término 'exhalar'.) La Escritura era tal desde el momento de su inspiración. Los Concilios históricos de la Iglesia no podían crear las Escrituras; lo único que podían hacer era discernir y excluir a aquellos escritos que no eran inspiradas.
En la historia de las misiones se han dado casos donde luego de recibir una copia de la Escrituras, esta fue llevada de vuelta a un pueblo o comunidad, y como consecuencia una iglesia fue formada. Por lo tanto la Biblia debe ser leído en el idioma de la gente (no ha siempre sido así en la historia). Cuando el Espíritu Santo aplica la palabra a sus corazones, las personas responden. Por esta razón, debemos orar para que la gente lea sus Biblias y que, y escuchando lo que dice, Dios abra sus mentes y corazones.
Toda la Biblia es el consejo de Dios, por lo que no es tan importante qué partes de la Biblia empezar leyendo, sino que lo hagan! La Palabra de Dios es el evangelista supremo en este sentido. Los Evangelios son, por supuesto, un muy buen lugar para que la gente escuche el evangelio, o sean evangelizados, pero no es esencial que comiencen con ellos.
La Biblia es Palabra de Dios dirigida a sus lectores u oyentes en particular. En Mateo 22:31, Jesús, dirigiéndose a los saduceos, dijo, ¿no han leído lo que Dios les dijo a ustedes (NVI) y después cita un pasaje desde Éxodo 3:6. No hay ningún problema lógico en el hecho de que Dios tenía a todo lector de la Sagrada Escritura en cuenta en el momento de su "exhalación". Esto significa que la Palabra de Dios no sólo se inspiró y sea universalmente aplicable, sino también que, en ella, Dios está hablando en la actualidad a todos los lectores (u oyentes) de su palabra en particular. Esta es una realidad emocionante! Habla de la cercanía (inminencia) de Dios en su Palabra. Dios nos habla!! Pero por otro lado, en el mismo lugar, otra persona puede estar ajena al hecho de que Dios está hablando personalmente, al no oírlo o al no hacerle caso a las palabras de Dios. Es similar del trigo y la cizaña creciendo juntos, y del reino de Dios haciendo su trabajo en secreto (Mateo 13: 24-30).)
El punto v) nos ayuda a entender lo absurdo de la opinión de que se identifican las Escrituras únicamente como un "testigo" a la verdad, o simplemente como 'conteniendo’ la palabra de Dios. Dios es perfectamente capaz de revelar a sí mismo, y, como es el caso en las relaciones humanas, se comunica por medio de palabras. Esto es así para nosotros, estando tan lejos de la mayoría de los acontecimientos históricos de la Biblia. La Biblia ‘es’ la palabra de Dios.
Adaptabilidad
El método sueco de lectura de la Biblia es muy adaptable a diferentes contextos.
PORQUE
no se requiere ninguna preparación
no requiere de líderes capacitados
da resultados inmediatos
evita argumentos
no cuesta dinero
es reutilizable y repetible
se puede enseñar a los demás con mucha facilidad
con un poco de adaptación, puede ser utilizado con las personas analfabetas, leyéndola en voz alta
funciona igual de bien con grandes multitudes (que comparten con quienes están cerca) como con pequeños grupos
se adapta a los lectores posmodernos con sus deseos de 'gratificación' instantánea y sus énfasis en la exploración y expresión personal
todo el mundo puede expresar sus opiniones (lo que la gente le encanta hacer!), pero esas opiniones siempre están vinculados al texto de la Biblia
evita “asaltos” a las personas con textos sacados de la Biblia, ya que pone a los cristianos y no cristianos en igualdad de condiciones de lectura de la Palabra de Dios en el contexto del grupo pequeño
evita apelar a la autoridad superior humana para ganar argumentos
permite que la Palabra de Dios hable por sí misma
enseña, a la gente, a través de la práctica, la tarea más difícil y más básica en la lectura de la Biblia: la observación cuidadosa del texto. (‘Que dice’, y no ‘lo que yo pienso que dice’).
motiva la investigación y el pensamiento en un entorno amigable.
promueve la capacidad de hacer buenas preguntas, algo esencial para el desarrollo de una adecuada interpretación de la Escritura
socava el anti-intelectualismo sin ser demasiado intelectual (Todavía sonrío tristemente al recordar la crítica que recibí una vez de que este enfoque era demasiado intelectual!)
aplica las Escrituras directamente a la vida del lector, desde la primera experiencia.
enseña el estudio bíblico inductivo inductivamente.
Como todo estudio de la Biblia, este enfoque busca lograr lo que Pablo describe en Colosenses 1: 27-28: "las riquezas de la gloria de este misterio, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. A Él proclamamos, amonestando a todo el mundo y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo”.
Limitaciones
Sin embargo, el método sueco no es una lectura inductiva completamente desarrollada del texto. En su lugar, proporciona beneficios inmediatos al mismo tiempo que los lectores aprenden algunas de las habilidades básicas de estudio inductivo. A veces preocupa el hecho de que los lectores novatos, quizás, no encuentren el punto principal del pasaje, o su aplicación principal que, al fin del día, no siempre es una cosa fácil de detectar (incluso para los maestros calificados de la Biblia). Mi experiencia ha sido que con práctica el lector se va perfeccionando rápidamente. Después de un par de semanas, las observaciones de las personas tienden a mejorar dramáticamente a medida que se acostumbran a la práctica de dejar que la Biblia hable por sí misma, en lugar de colorearla con sus ideas preconcebidas o autoridades externas.
Algunos critican el método por falta de ‘contexto’ en la lectura del texto. Se evita el problema en gran manera leyendo libros enteros de la Biblia. Pueda ser una limitación, pero mi respuesta sería ‘seguí leyendo tu Biblia’, porque al fin del día, aun los comentaristas desarrollan la mayoría de sus observaciones sobre el contexto desde el mismo texto de la Biblia en su totalidad. También, se puede minimizar el problema tomando el primer encuentro como una oportunidad de leer el libro entero, y utilizando la última reunión sobre el libro para leerlo de nuevo y después hacer el estudio sueco sobre la totalidad del libro en una sola vez.
Otra limitación es que al encontrar aplicaciones en el texto, esto no siempre significa que estas aplicaciones se llevan a la práctica. Recibir comentarios en la reunión siguiente sobre las experiencias de poner por obra las aplicaciones de la semana anterior a menudo ha sido útil en este sentido.
Para profundizar aún más:
A medida que el grupo crece en su familiaridad y habilidad en la lectura de la Biblia, el Método Sueco se puede ampliar, incluyendo símbolos adicionales. No hay que apresurar este proceso, ya que depende de que los miembros del grupo hayan refinado sus habilidades de observación. Los próximos pasos no siempre son fáciles. He experimentado buenos resultados cuando los he agregado en grupos que han completado la lectura de la Biblia utilizando el método más sencillo por lo menos por un año.
Los símbolos de la "segunda generación" más útiles son un conjunto de flechas (para mostrar cómo las ideas en el pasaje se interrelacionan), un corazón (para mostrar la idea central del pasaje) y un círculo con una flecha que sale del centro (para mostrar una aplicación central innata del pasaje). Es útil practicar estos pasos sin hacer una evaluación sobre sí los resultados son buenos o malos ya que la habilidad, competencia y confianza se gana a través de la práctica.
También he descubierto un paso adicional, que al parecer ha dado lugar a la plantación de miles de iglesias en el norte de la India. Al final del estudio de la Biblia, junto a un símbolo de un globo de conversación, los miembros del grupo escriben el nombre de un amigo o familiar que se beneficiarían al escuchar algo que han descubierto en el estudio. El objetivo es hablar con esa persona antes de la próxima reunión. La norma y la práctica de compartir la 'buena noticia' promovido por este paso ha tenido efectos dramáticos dentro y fuera de la iglesia. ¿Por qué no intentarlo dónde estás?
Por último, el estudio bíblico inductivo puede ser enseñado como el siguiente paso. Esto tendría mucho más sentido para los lectores que están acostumbrados a la observación cuidadosa del texto y experimentado en la práctica de permitir que la Palabra de Dios habla con autoridad por sí mismo.
No queremos ser expertos en la teoría de cómo hacer el estudio bíblico inductivo; queremos discípulos competentes. He tenido la experiencia de estudiantes quienes me podrían enseñar un curso de cómo hacer un estudio bíblico inductivo, pero que no fueron capaces de hacer un estudio eficaz así. No queremos formar a las personas para dar cursos de estudio bíblico inductivo; queremos que estén leyendo la Biblia cuidadosamente, y con un compromiso de hacerle caso a quien habla – Dios mismo.
Los resultados
El método sueco ha sido utilizado en grupos de células, grupos de jóvenes de la iglesia, en la preparación de charlas, en devocionales personales y familiares, en clases de escuela dominical, e incluso en el estudio académico en la universidad.
En algunos casos los estudiantes han llevado sus preguntas a sus pastores y otros maestros, y esto ha estimulado a sus pastores a una mayor investigación. Algunos pastores incluso terminaron predicando sobre las preguntas que estos estudiantes han planteado! Tener estudiantes motivados en el área de lectura de la Biblia a menudo ha animado pastores en gran medida ya que estos estudiantes tienden a acercarse a los pastores con sus preguntas que surgen de estudio de la Biblia, en vez de confrontarlos con respuestas. Esto ha producido menor confrontación con los pastores, y los ha llevado a una mayor investigación y crecimiento.
Creo que el método sueco, posiblemente, ha sido el mayor impacto de mi ministerio! Caracterizó mi ministerio durante muchos años, junto con dos frases muy repetidas: "Esa es una buena pregunta" y "Sigue leyendo tu Biblia" (un dicho de Broughton Knox que adopté y al cual los estudiantes argentinos agregaron "cuidadosamente").
Actualmente el método sueco ha sido adoptado por varias Iglesias alrededor del mundo para uso en sus grupos pequeños y caseros. En muchos países con culturas distintas e idiomas distintos, está siendo utilizado para acercar a personas a escuchar a Dios hablándonos.
De vez en cuando necesitamos refrescar nuestro estudio de la Biblia para renovar nuestra atención a lo que Dios nos está diciendo. El Método Sueco utilizado en grupo es un espacio agradable, y pone a punto nuestra observación del texto. Ha sido útil para llevar la gente a Cristo mientras Dios les hablaba directamente a través de su Palabra, sin el 'ruido' que con tanta frecuencia inyectamos.
Te animo intentarlo. Invitá a tus vecinos, compañeros de estudio o trabajo, tus parientes o tus hijos para que te acompañen. Puede ser que seas refrescado y sorprendido, y ellos también.
Teresa y Pedro Blowes. October 2015
Traducción y adaptacion del autor, del Articulo The Swedish Method. 1 January, 2009
Artículo publicado originalmente en https://gotherefor.com/offer.php?intid=28957
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